¿Sabemos cuál es la calidad del hidrógeno que producimos? Y también muy importante, ¿sabemos cuál es la calidad del Hidrógeno que se demanda?

El hidrógeno va a jugar un papel central para lograr la neutralidad climática en 2050, suponiendo una gran oportunidad para la creación de cadenas de valor industriales innovadoras en la UE, la economía verde de alto valor añadido, la aparición de valles o clústeres de hidrógeno, la independencia energética de los hidrocarburos... el hidrógeno es hoy en día uno de los grandes “Trending Topic”.
 
En este contexto, cobra mucha importancia la calidad del hidrógeno, que depende de su origen: no es lo mismo la producción del hidrógeno por electrólisis del agua que el reformado de gas natural… de igual forma que no es lo mismo que el hidrógeno tenga como destino la movilidad, para reacciones de síntesis o para combustión.
Las impurezas presentes se encuentran al nivel de trazas, y aunque en muy poca cantidad, afectan a los procesos, a los catalizadores, a las pilas de combustible, etc… porque no todo el hidrógeno que se produce es igual y no todo tiene el mismo valor.
 
Esto hace que no todos los tipos de hidrógeno sean compatibles con todos los procesos y resulta fundamental el control de la calidad del hidrógeno producido, del hidrógeno almacenado, del hidrógeno transportado o del hidrógeno antes de su utilización.
En este entorno se revela fundamental el poder contar con un sistema de medida fiable de la pureza del hidrógeno producido y comercializado en toda su cadena de valor, con suficiente flexibilidad, sensibilidad, resolución y sencillez de uso. La norma UNE-ISO 14687 es la más estricta en cuanto a la presencia de impurezas, marcando la norma para el hidrógeno destinado a combustible. 
Izasa Scientific y Shimadzu cuenta con una solución analítica basada en el cromatógrafo de gases GC-2030 y un novedoso y patentado detector BID para la determinación de todo tipo de impurezas en hidrógeno.

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